El mar, modelo culturas y la historia misma, conviven en el dos significados contrapuestos, por un lado es un elemento de aislación, de barrera y desconeccion pero al mismo tiempo y de forma paradójica es un elemento de unión, de comunicación. El “planeta azul”, evidente desde el espacio, creador de límites entre continentes y naciones, todo un mundo palpitante y en movimiento, regulador del clima y de la geografía, con su propia vida y originadora de el resto de la vida en la tierra y aun así yo no había tenido la oportunidad de conocerlo.
Así empezó a gestarse dentro de mi mente la idea de ir a su encuentro, conocer el mar era mi objetivo, tenía en ese momento 20 años y quería hacerlo a lo grande. Tenía tiempo en el verano del 2013 y quería conocerlo de una forma íntima, “convivir” con el, tener la oportunidad de viajar por las costas, conocer gente local, ver cada detalle y disfrutarlo al máximo, la maquina de la felicidad era mi bicicleta.
La preparación de la bicicleta no fue compleja, requirió chequear la parte mecánica, preparar elementos para dormir, para cocinar, distribuir el peso, y una parte importante, que todo mi equipo pudiera acomodarlo en la mochila incluida la alforja para poder moverme con mas comodidad si era necesario.
El viaje comenzaba en Montevideo viajando hasta allá en bus.
Después de largos partidos vamos a un bar a comer pizzas y tomar cerveza, entre todos me invitan esa noche y no dejan que discuta, son 10 biscicleteros de alma y les gusta como suena mi proyecto, me desean muy buena suerte, hablamos casi todo el tiempo de bicicletas, de bicipolo, de países y viajes ya que en el grupo hay gente de Brasil, de Uruguay, Dinamarca, USA y Argentina. Saliendo del bar cada uno toma su propio rumbo, con Carlos y su hijo volvemos al departamento ya que por la mañana emprendía mi proyecto al fin.
02/02/2013 “Por la mañana temprano preparamos el desayuno con Carlos y su hijo dejando todo listo para salir, dejo un llavero de recuerdo en un cuadro donde todos los viajeros que pasaron por su hospedaje colocaban notas y saludos”.
10 am ya en la bicicleta, la ciudad cambia a lo largo de la playa luego se acaba, tenía pensado dormir en Atlántida pero decido continuar ya con agua fresca. Mas tarde llego a la la Playa Suiza donde meto los pies al Río de la Plata y puedo hablar con varios lugareños que me recomiendan un buen camping mas adelante.
Por la tarde llego “Al Eden” cerca de Playa Verde donde me quedo la primer noche en carpa del viaje con mis primeros 90 km recorridos, el tiempo y la hora da para otro baño en el río, buscar cangrejos, conchas y pinzas y a dormir.
Luego llego a Punta Ballena donde me meto al mar y me quedo a almorzar la pizza, hay viento y no hay mucha gente en el agua, un hombre pasea a su pequeño perro faldero, una ola desprevenida lo atrapa y se pierde entre la espuma, el hombre se desespera pero el perro eventualmente va a aparecer, me rio por la situación y cuando veo al guardavidas que ni se mueve y tambien se rie. Las vistas de la parte alta de Punta Ballena a las costas son increíbles y al pasar por la avenida de la costanera sur veo la competencia entre edificios por las mejores vistas y playas. Un lugar preparado para las vacaciones y la vida de confort, playas, y vida nocturna.
Paso por el monumento del ahogado y me voy de la ciudad, pero al salir había dudas sobre la calle, la caída fue fuerte pero en la arena no hay dolor, nada se rompió y la gente fue amable para ayudar, esa fue la unica caida del viaje, el karma.
Sigo mi camino y llegó a los puentes borrachos del arroyo Maldonado y cago agua en una estación de servicio ANCAP donde conozco a Nico que se me acerca para decirme que también viaja en bici al norte y está en un hostel cerca, cuando llegamos a buscar sus cosas los del hostel me reciben con consejos y aloe vera, sin darme cuenta me queme como nunca!! Días después pierdo la piel de las orejas, frente, nariz, rodillas, el empeine de los pies, las manos y brazos hasta el codo. Comencé a viajar como un árabe a partir de entonces, llevando todo el cuerpo cubierto.
Más tarde pasamos por José Ignacio y llegamos a la Laguna de Garzón donde tomamos una de las balsas que son gratis para llegar al otro lado, unos kilometros despues la trompeta de Nico se desajusta y las cintas se enredan en la bicicleta y se le rompen los cambios, por suerte una camioneta pasa por ahí y puede llevarlo de vuelta a Maldonado donde puede encontrar repuestos, quedamos en encontrarnos días después en La Pedrera.
Por mi parte sigo el camino y acampó en la laguna al lado del pinar, por la noche me visita un zorrito, fue una de las mejores noches, el pinar a las espaldas, la laguna al frente, la paz y las estrellas. Me fui a dormir con 20 años habiendo conocido el Océano Atlántico ese dia, la felicidad me invadía.
“Es muy extraña su presencia en el horizonte constantemente, representa lo más grande del planeta, una atracción muy importante pero a la vez común, el camino de unión entre las culturas. Ver el infinito del horizonte se me hace monotono, todo es suave y sencillo, nada está escondido y nada lastima. Venimos de las montañas donde no hay control de grandes áreas y el terreno no es tan amable, el viento, el mar, el sol y la sal son los que ajustan cuentas con uno.”
04/03/3013 Salgo temprano y busco agua, nadie me la da con facilidad, es un verdadero problema para ellos, en las costas Uruguayas no es fácil encontrar agua potable, ellos mismos la tienen que comprar envasada y por eso no la regalan libremente a viajeros.
Más adelante está la Laguna de Rocha, es uno de los desafíos de este viaje ya que dar la vuelta puede llevarme un dia por caminos largos y rectos de por lo menos 70 km pero hay una posibilidad de pasar por las dunas de arena que se forman en la boca de salida al mar haciendo 10 km de tierra y después 2 más por la arena, resulta que las lagunas de Uruguay tienen la particularidad de que se llenan con las mareas y
se generan corrientes que entran y salen, forman dunas que en algunos casos cierran completamente la laguna y se forma un dique por el que se puede pasar y por el que pase yo, otro problema es que cuando esta cerrado y llueve la laguna invade campos y entonces piden que con máquinas abran las dunas, pero naturalmente no ha sido así y las forestaciones de pinos y eucaliptus tampoco son naturales, construir rutas es complejo en estas zonas y no hay leyes de acceso al agua por lo que las propiedades llegan hasta las costas. Me dijeron que se podía pasar pero la laguna ya se había abierto y estaba separado por 10 metros de agua con corriente y como 1,5 metros de profundidad, fue un desastre que salió bien, no iba a volver, pero la bici se mojo completa pero salvé la mochila y la ropa. Los que surfeaban y pescaban vieron la escena sin entender qué pasaba, supongo que si algo salía mal me hubieran ayudado, a partir de ahí llegar a La Pedrera era fácil.
En la pedrera conozco a varias personas y me hospedo en una habitación en el centro que estaba vacía, hay en el hospedaje un artista y una profesora de baile, estoy muy cansado y hay que dormir.
05/02/2013 Me despierto tarde y me voy a pasear, el carnaval es una fiesta enorme, me avisan que la noche sale 20 dolares pero en carnaval sale 70 u 80, todos están como locos preparando todo para el carnaval. Encuentro un Brasileño que viene de puerto Alegre y me cuenta sus historias, a la tarde arreglo la bicicleta ya que pinche en algún momento.
06/02/2013 Por la mañana comienzan las aventuras, salgo para La Paloma donde estaba Nico para encontrarnos pero en el camino encuentro a otros dos ciclistas, me detengo a hablar con Mariano y quedamos en encontrarnos en La Pedrera, espero a Nico en una Garita y cuando llega nos ponemos al día, alcanzamos a los otros y vamos a una playa donde ellos acamparon en otro viaje, el lugar ahora es un barrio cerrado nuevo, nos ponemos a buscar opciones y Nico encuentra un deck de madera hermoso que baja hasta la playa, esta mantenido asi que es obvio que esta en uso pero nos quedamos igual para ver que pasa, salen la trompeta y la guitarra a la cancha mientras pensamos.
Más tarde llega una señora que tiene una clase de yoga y nos invita a la clase y a quedarnos a dormir ahí sin problemas, cocinamos con agua de mar y hacer yoga fue loco para mi, contaba con tres partes ESTIRAMIENTO - EJERCICIOS - MEDITACIÓN en la última etapa terminamos todos acostados y nos tapaban con una manta y nos quedamos casi dormidos meditando y escuchando el viento y el mar.
Nos quedamos dos noches en ese lugar, por las noches tocaban música en las calles del pueblo con una guitarra, trompeta y un melódico, el grupo tenía diferentes formas de viajar, dos comían lo que pedían en las verdulerías y panaderías de lo que sobraba o no se podía vender, pero yo no podía extraer dinero así que me quedaba en la cola de los supermercados pagando con mi tarjeta y cobrandoles en efectivo a los turistas sus compras, de esa forma obtenía dinero de mi cuenta sin necesidad de cajero y sin pagar las extracciones.
08/02/2013 Salimos por la mañana con Alejandro, habíamos decidido ir a Cabo Polonio, un cabo rodeado por dos kilómetros de dunas que habían aislado ese pueblo o caserío de la ruta, es el Parque Nacional Cabo Polonio, un extraño paraje que durante mucho tiempo no tenía control y era utilizado por comunidades bohemias. Muchos naufragios sucedieron aquí y se le atribuye el nombre por alguno de estos, no hay luz eléctrica ni alumbrado público, solo el faro que ilumina cada unos segundos. Llegamos con el atardecer y lo hicimos caminando sin utilizar los camiones de transporte, fue increíble, las estrellas, el faro, la luna, todo el lugar irradia cierto misterio y magia.
Llegamos y encontramos un hostel, salimos a caminar y conocer acompañados de otras huéspedes del hostel que eran extranjeras, en cada rincón había un nuevo lugar para tomar algo con música en vivo, todo el lugar cambia por la noche, incluso el mar tenía noctilucas, un microscópico molusco o crustáceo que se ilumina de color azul cuando siente vibraciones por lo que nos poniamos a saltar en la arena o a nadar en el mar de noche para ver como el agua se iluminaba.
El lugar es simplemente increíble, tanto de día como de noche, hay mucho que hacer por dos o tres días, una pulpería antigua en el centro que sigue atendiendo a sus clientes, un paseo por el cabo cerca del faro, dunas y playas, barcos abandonados en la costa, casitas y caminitos por todos lados, ferias y artesanías.
10/02/2013 Salimos del cabo y paramos a acampar en el Arroyo de Valizas, acampamos cerca de la ruta debajo de unos eucaliptus, queríamos llegar a Barra de Valizas, un pueblito costero justo al lado del Parque Nacional Cabo Polonio y desde este pueblo se podía llegar al cabo sin dormir dentro, solo había que caminar por la playa, pero mi plan era llegar a Punta del Diablo de la que tanto había escuchado hablar asi que decidi dejar a los otros y seguir.
Quedaba un dia largo para poder llegar así que recorrí los 60 km restantes, en el final del camino encontré al costado del camino unos animales de juguete, un caballo y una vaca, no recuerdo bien pero lo que yo no sabía era lo importante que serian mas adelante ese dia.
Era el día 10 de febrero, nunca imagine como se vivia el carnaval ese día, todo era una locura al llegar por la tarde, gente por todas partes, los costos altos de todo, musica y alchol iban a ser los protagonistas de esa noche, toda la magia que esperaba encontrar en Punta del Diablo se esfumó en el acto, supongo que tenía bien puesto el nombre, fue un engaño llegar ese dia ahi. Llegado un punto, frene, di la vuelta y me aleje de ahí mientras los parlantes avisaban que esa misma noche estaría Agapornis en el escenario. Necesitaba encontrar donde dormir pero el costado de la ruta ya no serían seguros con la cantidad de gente que había y el estado en el que estaban, recode que había pasado por un rancho como a tres kilómetros de Punta del Diablo, un rancho común y corriente era mi única opción, cuando llegué era muy entrada la noche y pude ver que había gente despierta dentro, deje la bicicleta apoyada en la tranquera y me puse a golpear las manos, todo un grupo de perros me termino de hacer notar y cuando el gaucho salió se vino hasta la tranquera con desconfianza, le explique lo que me había pasado, que no tenía idea del carnaval, que no sabia que habia tanta gente y que no tenia un lugar seguro para dormir, bajo sus escudos y me dijo que pasara con la bicicleta, me dieron de comer y me rellenaban el plato y el vaso en el mismo momento en que lo terminaba, las palabras rimbombantes no eran necesarias, todo era sencillo y claro. Me sentí en familia.
Llegue al Parque Nacional Santa Teresa, ese lugar fue lo mejor del viaje, grandes espacios verdes, camping barato y bien natural, playas y muchas cosas para ver y conocer dentro del mismo, está controlado por militares y muy cuidado. El único problema fue que llegue los dos últimos días de carnaval y la cantidad de carpas era increíble pero la presencia de los militares y la seguridad mantenían el control. Dentro del bosque se eucaliptus se podía encender fuego por lo que el humo invadía todo el parque esos ultimos dos dias.
En el parque había un supermercado en el cual pude conseguir efectivo comprando con mi tarjeta a los consumidores, también me encontré con Carlos Bruno que había venido en su moto, con Alejandro que había llegado del sur, con Nicolás Pech que venía en su Citroen 3cv Amarillo desde Córdoba con su novia.
Esos días no saque muchas más fotos y deje de escribir, salíamos a las playas, nos inventábamos cosas para hacer todos los días, peleamos con las aguas vivas en la playa, nos revolcaban algunas olas y otras las barrenamos, fuego y estrellas a la noche.
Después del tercer dia o cuarto y no quedaba nadie en el parque y ya estaba en paz, aproveche para ir a visitar el sendero del soldado, un circuito de menos de una hora por la forestación, fuimos al sombraculo y al invernaculo y otros lugares como el mirador de aves o lagunas de peña.
Hay miradores de ballenas, espacios para caminar y andar en bicicleta, las carpas se pueden armar prácticamente en cualquier lugar y siempre hay algún lugar cercano para conseguir agua.
El parque Santa Teresa lleva ese nombre por el Fuerte Santa Teresa del cual no hablo en esta nota, lo dejo para otra nota que voy a escribir más adelante de cuando volvimos a visitarlo con Katie Davis.
Después de todo este viaje tocaba volver a Córdoba con buenos recuerdo y aventuras corridas en el Uruguay, simplemente un lugar increíble al que volveré siempre.
La vuelta fue extraña, pero me dejó un extraño aprendizaje, resulta que al planear un viaje como este uno intenta planificar todo y resolver los problemas antes de que sucedan pero en muchos casos los problemas los agrandamos nosotros mismos y en otros tantos casos evitan que emprendamos estos proyectos. Uno de estos problemas es viajar en colectivo llevando una bicicleta y además sacarla y entrar a diferentes países con ella.
La mañana de mi vuelta desarme la carpa, armé mi mochila con todo el equipo dejando las alforjas vacías agarradas a mi mochila y llegue a la parada de buses en Santa Teresa, cuando el bus llego no tuvo ningun problema en guardar mi bicicleta completa, luego en Montevideo en la terminal de Tres Cruces me baje y fui a la empresa más cercana con la mochila y la bicicleta completa sin envolver ni nada a buscar un pasaje a Cordoba, consegui uno que salía en ese mismo momento, pagué sin mostrar la bicicleta y me fui al andén correspondiente, por supuesto que me hicieron problemas para llevarla pero les explique que tenia los papeles en orden y todo perfecto para cruzar la frontera. Solo saque la rueda delantera para que se sintieran más cómodos. En la frontera solo la miraron un poco pero no me hicieron preguntas.
Ya en la terminal de Córdoba por la mañana temprano fui a buscar el último bus para llegar a Villa General Belgrano, cargaron todo sin preguntarme nada, antes del mediodía ya estaba en mi casa saliendo solo a la mañana del día anterior llevando mi bicicleta y todo el equipo de un país a otro, a partir de ese día se convertiría en tradición llevar bicicletas en mis viajes.
Sin duda este fue mi primer gran viaje, fui solo pero no viaje solo, y algunas cosas que recuerdo guardar en mi mente son, hay gente increíble en todas partes, los problemas en los viajes son menos graves de lo que imaginamos, entender la incertidumbre como una variable cambia la palabra miedo por aventura.
Proximamente saldra otra nota de otro viaje, es una forma de pasar la cuarentena viajando ya que los viajes se viven tres veces, cuando se planean, cuando se viven y cuando se recuerdan, pero como veran estoy 7 años atrasado pero algo adelantare en esta cuarentena, espero les haya gustado.
56 kg de pura felicidad! (Zenith Andes de Acero rodado 26)
Barrio Pocitos
01/02/2013 “Aprovecho para dormir hasta tarde para descansar del viaje en colectivo. Todo el departamento es para mi, es una experiencia muy extraña la confianza de Carlos bruno. Como unos fideos y no encuentro una solución para el problema de la tarjeta de débito. Después de comer salgo a buscar algo que tenga que ver con el acorazado de bolsillo.”
Jardín Botánico 01/02/2013
“Es un lugar impresionante, hay muchos recursos invertidos para esto. Esta ubicado en el parque del prado en Montevideo. Les impresionó que fuera en bicicleta desde el centro a solo 50 cuadras, todavia no empece a viajar!!. Hay un rosedal, mucho parque, lagunas y estanques. Esta dividido por continentes.”
Bicipolo en Montevideo
Bicipolo 01/02/2013 “Por la tarde se arma la juntada de bicipolo!!! Es un juego en equipos de tres, con tacos y una única relación de transmisión (sin cambios) con la cual hay que tener velocidad y aceleración. Hay muchos golpes con palos y bicicletas, desde afuera se ve extraño pero desde adentro se vuelve mas frenético e intenso”.
Punta Ballena
Monumento al Ahogado
Puentes borrachos del Arroyo Maldonado
Nico a la izquierda junto a las dos bicicletas.
Parque Nacional Santa Teresa
Sombraculo de Santa Teresa